Comprensión Lectora
Semana del 30-11-2020 al 04-12-2020
Lectura del Estudiante, respetando los signos de puntuación
y entonación. Luego en su cuaderno, contestará las actividades de comprensión
lectora.
Lunes 30-11-2020
Lectura: “La cajita de besos”
La historia cuenta que hace algún tiempo un hombre
castigó a su hija de 5 años por desperdiciar un rollo de papel dorado para
envolver regalos. Era el papel más bonito, y la pequeña lo usó para envolver
una caja.
El problema es que la familia tenía muy pocos
recursos, tenían muy poco dinero, y el papá se molestó mucho cuando vio que la
niña había pegado todo el papel dorado en una cajita que luego puso debajo del
árbol de Navidad.
La niña se fue triste a dormir, y el papá enfadado.
Sin embargo, la mañana siguiente era Navidad. La niña le trajo la cajita
envuelta con el papel dorado a su papá: 'esto es para ti papá'. El papá se
sintió avergonzado por haberse molestado tanto la noche anterior, pero su
enfado resurgió de nuevo cuando comprobó que la caja estaba vacía y le dijo en
tono molesto: ¿Es que aún no sabes que cuando uno da un regalo debe haber algo
dentro?
La niña se dio la vuelta al verlo tan enfadado, y
con lágrimas en sus ojitos le dijo: 'Pero papi, no está vacía. Le puse besitos
hasta que se llenó'.
El papá estaba conmovido, cayó de rodillas, abrazó
a su hijita y pidió que le perdonara su desconsiderado coraje. Cuentan que el
papá conservó la cajita dorada junto a su cama por el resto de su vida. Y
cuando la pequeña creció y se fue de casa para formar su propia familia, el
papá, cada vez que se sentía sólo y desanimado, metía su mano en la cajita
dorada y sacaba un besito imaginario de ella. No hay regalo más precioso que uno pueda recibir.
Contesta las
preguntas
1. ¿Por qué el hombre castigo a su hija de cinco años?
2. ¿Qué pasó cuando la niña le trajo la cajita envuelta con el papel
dorado a su papá?
3. ¿Cuál fue el regalo que dio la niña a su padre?
4. ¿Qué hizo el padre con el regalo?
5. ¿Qué has aprendido con este cuento?
Martes 01-12-2020
Lectura: “Regalos de Navidad.”
La Conferencia de Regalos de Navidad de aquel año
estaba llena hasta la bandera. A ella habían acudido todos los jugueteros del
mundo, y muchos otros que no eran jugueteros pero que últimamente solían
asistir, y los que no podían faltar nunca, los repartidores: Santa Claus y los
Tres Reyes Magos.
Como todos los años, las discusiones tratarían
sobre qué tipo de juguetes eran más educativos o divertidos, cosa que mantenía
durante horas discutiendo a unos jugueteros con otros, y sobre el tamaño de los
juguetes. Sí, sí, sobre el tamaño discutían siempre, porque los Reyes y Papá
Noel se quejaban de que cada año hacían juguetes más grandes y les daba
verdaderos problemas transportar todo aquello.
Pero algo ocurrió que hizo aquella conferencia
distinta de las anteriores: se coló un niño. Nunca jamás había habido ningún
niño durante aquellas reuniones, y para cuando quisieron darse cuenta, un niño
estaba sentado justo al lado de los reyes magos, sin que nadie fuera capaz de
decir cuánto tiempo llevaba allí, que seguro que era mucho.
Y mientras Santa Claus discutía con un importante
juguetero sobre el tamaño de una muñeca muy de moda, y éste le gritaba
acaloradamente '¡gordinflón, que si estuvieras más delgado más cosas te cabrían
en el trineo!', el niño se puso en pie y dijo:
- Está bien, no discutáis. Yo entregaré todo lo que
no puedan llevar ni los Reyes ni papá Noel.
Los asistentes rieron a carcajadas durante un buen
rato sin hacerle ningún caso. Mientras reían, el niño se levantó, dejó escapar
una lagrimita y se fue de allí cabizbajo...
Aquella Navidad fue como casi todas, pero algo más
fría. En la calle todo el mundo continuaba con sus vidas y no se oía hablar de
todas las historias y cosas preciosas que ocurren en Navidad. Y cuando los
niños recibieron sus regalos, apenas les hizo ilusión, y parecía que ya a nadie
le importase aquella fiesta.
En la conferencia de regalos del año siguiente,
todos estaban preocupados ante la creciente falta de ilusión con que se
afrontaba aquella Navidad. Nuevamente comenzaron las discusiones de siempre,
hasta que de pronto apareció por la puerta el niño de quien tanto se habían
reído el año anterior, triste y cabizbajo. Esta vez iba acompañado de su madre,
una hermosa mujer. Al verla, los tres Reyes dieron un brinco: '¡María!', y
corriendo fueron a abrazarla. Luego, la mujer se acercó al estrado, tomó la
palabra y dijo:
- Todos los años, mi hijo celebraba su cumpleaños
con una gran fiesta, la mayor del mundo, y lo llenaba todo con sus mejores
regalos para grandes y pequeños. Ahora dice que no quiere celebrarlo, que a
ninguno de ustedes en realidad le gusta su fiesta, que sólo quieren otras
cosas... ¿se puede saber qué le han hecho?
La mayoría de los presentes empezaron a darse
cuenta de la que habían liado. Entonces, un anciano juguetero, uno que nunca
había hablado en aquellas reuniones, se acercó al niño, se puso de rodillas y
dijo:
- Perdón, mi Dios; yo no quiero ningún otro regalo
que no sean los tuyos. Aunque no lo sabía, tú siempre habías estado entregando
aquello que no podían llevar ni los Reyes ni Santa Claus, ni nadie más: el
amor, la paz, y la alegría. Y el año pasado los eché tanto de
menos...perdóname.
Uno tras otro, todos fueron pidiendo perdón al
niño, reconociendo que eran suyos los mejores regalos de la Navidad, esos que
colman el corazón de las personas de buenos sentimientos, y hacen que cada
Navidad el mundo sea un poquito mejor...
Contesta las
preguntas de comprensión lectora
1. ¿Quiénes acudían a la Conferencia de Regalos de
Navidad todos los años?
2. ¿Qué ocurrió que hizo aquella conferencia
distinta de las anteriores?
3. ¿Qué propuesta hizo el niño y que hicieron Papa
Noel y Los tres reyes magos?
4. ¿Con quién llegó el niño a la conferencia el año
siguiente y qué les dijo esa mujer a los presentes?
5. ¿Cuáles son los regalos que trae el niño en la Navidad y que hacen que
este mundo sea un poquito mejor?
Miércoles 02-12-2020
Lectura: “Una lección para Jaime”
Jaime era un niño muy caprichoso. Siempre estaba
pidiendo. Desde hacía semanas no paraba de pedir regalos y juguetes porque
sabía que se acercaba la Navidad. Todo cuento que veía, quería que se lo
trajera Papá Noel.
Sus papás trataban de explicarle que en el saco
rojo de Santa Claus, aunque era mágico, no cabría todo, porque también debía
llevar juguetes para el resto de niños de todos los rincones del mundo. Pero,
Jaime no quería entenderlo. Se tiraba al suelo y montaba una pataleta. Fue
entonces cuando sus papás decidieron darle un escarmiento.
Llegó el día de Navidad. Y con él los abuelos, los
tíos y los primos para disfrutar de una gran comida y celebrar todos juntos el
día. Pero Jaime apenas tuvo tiempo de saludarles y comer porque se pasó toda la
mañana sentado al pie del árbol de Navidad abriendo sus regalos.
Y es que, sus papás habían escrito una carta a Papá
Noel pidiéndole que le trajeran a Jaime todo cuanto había pedido para que
aprendiera una importante lección. Mientras sus primos jugaban entre ellos,
reían, salían a la calle a hacer un muñeco de nieve y una guerra de bolas de
nieve; Jaime no cesaba de desenvolver paquetes.
Al principio era divertido, pero con el paso de las
horas ya no le hacía ilusión rasgar los papeles ni descubrir el juguete que
había dentro. Jaime estaba triste y agotado. Tenía más juguetes que nunca, pero
había sido el peor día de Navidad de su vida. De fondo podía oír brindar a su
familia, cantar canciones populares y reírse mientras contaban anécdotas. Y él
se lo estaba perdiendo todo.
Y así, Jaime entendió que lo importante de la
Navidad no son los juguetes, sino el poder disfrutar de la familia y los
amigos. Comprendió que es más importante compartir nuestro tiempo con las
personas que queremos que convertirse en el niño con más juguetes del mundo.
Contesta las preguntas
1. ¿Por qué Papá Noel no podía traer todo lo que Jaime le pedía?
2. ¿Con quién celebró el protagonista del cuento la Navidad?
3. ¿Qué le pidieron los padres a Papá Noel para Jaime?
4. ¿Por qué no pudo salir el niño a jugar con sus primos?
5. ¿Qué lección aprendió Jaime?
Jueves 03-12-2020
Lectura: “La estrella de Belén”
La noche en que nació el niño Jesús en un pesebre
de Belén, todos los pastores de la zona acudieron a hacerle regalos. Unos le
llevaban ovejitas, para que su lana pudiera abrigarle. Otros, leña, para
mantener vivo el fuego que alumbraba y calentaba el pesebre. Y otros pastores
llevaban grandes ramos de flores para adornar el portal.
Pero había una pastorcita, Clara, que era muy pobre
y no tenía nada que llevar. Ni oveja, ni leña ni flores. Le daba tanta
vergüenza presentarse sin nada ante el niño Jesús, que decidió no ir. Se apoyó
en el pozo de su casa y comenzó a llorar. Entonces, vio una estrella muy
brillante en el fondo del pozo. Era el reflejo de una estrella que alumbraba
con fuerza el cielo.
Clara no se lo pensó dos veces: tiró el cubo al
pozo y recogió el reflejo de la estrella. Su cubo, lleno de agua, mostraba la
estrella brillar, y ella pensó que sería un fantástico regalo para el niño
Jesús.
Así que Clara fue hacia el portal de Belén muy
contenta, con su estrella reflejada en el cubo de madera. De vez en cuando la
miraba, a ver si seguía ahí. Caminaba deprisa, para no perder su estrella. Al
llegar al pesebre, le mostró el cubo al niño Jesús, pero la estrella... ya no
estaba. El tejado del pesebre tapaba el cielo, y la estrella ya no se
reflejaba. Sin embargo, el niño Dios sonrió.
Clara se puso a llorar muy apenada, y de pronto,
una de sus lágrimas comenzó a brillar con mucha fuerza. Se desprendió de su
rostro y, transformada en estrella, se elevó hasta lo más alto del cielo. Era
la estrella más brillante de todas, la más hermosa. Gracias a esta estrella, el
resto de habitantes supieron encontrar el lugar donde el niño Jesús acababa de
nacer.
Desde entonces, en todos los belenes y en los
árboles de Navidad, se coloca una estrella, que hace recordar la historia de
Clara, la pastorcilla que sin tener nada, le regaló al niño Jesús lo más
hermoso: su amor.
Preguntas de
comprensión lectora
1. ¿Qué regalos llevaron los pastores al niño
Jesús?
2. ¿Qué fantástico regalo le hizo Clara a Jesús?
3. ¿Qué ocurrió con las lágrimas de Clara?
4. ¿Por qué se pone una estrella arriba del árbol
de Navidad?
Viernes 04-12-2020
Lectura. “Los
3 reyes magos”
Érase una vez hace muchos, muchos años, existían
tres reyes que además de ser muy sabios, eran capaces de leer e interpretar las
estrellas. Uno vivía en Europa, otro en Asia y otro en África y los tres
pasaban noches y noches mirando las estrellas, lo que ninguno sabía es que una
de ellas cambiaría su vida por completo.
Un buen día, Melchor un rey europeo, de larga barba
era blanca, tan larga como su inteligencia estaba mirando las estrellas desde
su palacio. De pronto vio una estrella fugaz, que se detuvo arriba en el
firmamento y brilló más que las demás. Melchor se sintió tan intrigado que
decidió encaminarse hacia el horizonte para verla más cerca. Cabalgó sobre su
camello y partió de viaje.
Gaspar, reinaba en Asia, sus cabellos y barba eran
castaños y, como Melchor era un hombre de gran sabiduría. Él también vio la
estrella desde su castillo y sin pensárselo dos veces, montó sobre su camello y
emprendió la marcha tras la preciosa luz.
En África, otro rey famoso por sus predicciones
astrológicas, se encontraba mirando el firmamento. Su nombre era Baltasar y
sobre él se posó también la brillante estrella. Melchor corrió a sus establos,
montó a lomos de su camello y se encaminó tras la brillante estrella.
Al cabo de unos días de viaje, los tres reyes se
encontraron en el camino. Ambos comenzaron a hablar del firmamento y de aquella
nueva estrella que les atraía poderosamente. Los tres llegaron a la misma
conclusión: la estrella les llevaría al nacimiento de un nuevo rey, un rey de
reyes.
Todos estuvieron de acuerdo que un rey de reyes
necesitaba regalos dignos de su persona. Melchor decidió pues llevar oro;
Gaspar, incienso; y Baltasar, mirra, los mejores presentes de la época.
Tras un largo viaje los Reyes Magos llegaron hasta
Belén, justo allí donde se había posado la estrella y encontraron con gran
alegría y tal y como habían pensado un bebé, con su madre María y su padre,
José. Melchor, Gaspar y Baltasar, se pusieron de rodillas frente al pesebre
donde dormía el Niño y pusieron los regalos a sus pies.
El niño Jesús, se puso tan contento con su visita
que otorgó a los tres Reyes Magos el don de la vida eterna y la facultad de
poder llevar regalos a todos los niños del mundo una vez al año.
Preguntas
de comprensión lectora
1-¿Cuál era la afición que unía a los tres Reyes
Magos?
2- ¿Qué vieron en el cielo que les hizo ponerse en
marcha?
3- ¿Qué medio de transporte utilizaron los Reyes
Magos para moverse?
4- ¿Se encontraron los tres sabios en el camino?
5- ¿A dónde les llevaría la estrella que seguían?
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