Viernes 07/05/2021
Lectura: “La tristeza de Alfredo”
Cuando Raquel lo veía pasar por el parque arrastrando los pies, cabizbajo, con ese rictus de tristeza en la cara, se le partía el corazón.
Llevaba meses así: no levantaba
cabeza.
- ¡Hola Alfredo! - saludó a su
amigo intentando mostrar normalidad.
Alfredo solo hizo un amago de
saludo con la mano sin levantar la cabeza.
- ¿Quieres venir conmigo a pasear
esta tarde? He descubierto un lugar que te encantará - le dijo.
Alfredo, contra todo pronóstico,
aceptó la oferta, y Raquel lo citó a las cinco en el primer árbol que estaba en
el camino que llevaba al río.
Entraba la primavera y el bosque
estaba especialmente bonito en esos días. Al llegar, Raquel vio a Alfredo
apoyado en el árbol del camino.
- ¡Holaaaa! - saludó de lejos.
Alfredo no levantó la cabeza,
miraba algo en el suelo que lo tenía muy entretenido.
- ¿Ves ese pájaro? - le dijo
cuando estuvo a su lado.
Raquel se agachó para verlo más
de cerca. Un bebé gorrión se había caído del árbol y piaba con todas sus fuerzas
muy asustado.
- ¡Así me siento yo! - dijo de
repente Alfredo sin mirarla a la cara.
A Raquel le dio una punzada en el
corazón; su amigo nunca le había hablado tan abiertamente de sus sentimientos.
De pronto bajaron del cielo dos
pájaros más grandes y revolotearon alrededor del gorrioncillo calmándolo, a la
vez que Raquel le ponía la mano cariñosamente en el hombro. Alfredo se fijó de
dónde venían las aves, y vio el nido en una rama no muy alta.
- ¡Tengo que subir ahí! - dijo.
Alfredo se adelantó, tomó al bebé
gorrioncillo en sus manos y escalando por el tronco logró devolver al pequeño a
su nido.
Cuando Raquel ayudó a su amigo a
bajar del árbol vio que en su mirada había cambiado algo; por primera vez, en
mucho tiempo, sus ojos mostraban algo más que tristeza.
- ¿Oyes eso? - preguntó Raquel.
Alfredo guardó silencio: el
gorrioncillo, más tranquilo, ya no piaba.
Llegaba el agradable ruido del río.
Al llegar a la orilla vieron a un
pobre gatito que, resbalando una y otra vez, se agarraba a unas ramas para no
caer al agua.
- ¡Así me siento yo muchas veces!
- dijo Alfredo. Raquel lo abrazó.
Alfredo corrió en su ayuda y pudo
salvar al animal. De nuevo ese destello de brillo asomó en su mirada.
Los dos amigos siguieron su paseo
por el bosque.
- ¿Qué era eso que me querías
enseñar? - preguntó Alfredo de repente, rompiendo el silencio.
- ¡Sígueme! - gritó Raquel, y salió
corriendo entre los árboles.
Alfredo corrió detrás de ella
hasta que paró en un hermoso valle. Lo condujo por una cueva hasta llegar a la
parte de atrás de una preciosa cascada que caía al río. Las gotas que formaban
la bonita cortina de agua bañaron su cara, y entonces ocurrió algo
sorprendente: Alfredo suspiró y sonrió. Raquel al verlo feliz dio una sonora
carcajada y gritó:
- ¡Así me siento yo cuando te veo
alegre!
Alfredo escuchó a su amiga y esta
vez fue él quien la abrazó, siendo consciente de lo que sentía en ese momento.
Gracias a todo lo sucedido esa
tarde, Alfredo comprendió que la alegría está en ayudar y en saber recibir el
apoyo de los demás, en nuestra actitud ante la vida, y aunque es normal que a
veces estemos tristes, depende principalmente de nosotros ir con ese brillo en
los ojos, el paso ligero y la cabeza bien alta.
Preguntas de comprensión lectora
1.¿Cómo se sentía Alfredo al principio del cuento?
2. ¿Qué le invitó a hacer Raquel?
3. ¿Qué le ocurría al pequeño pájaro
que vieron en el bosque?
4. ¿Y al gato?
5. ¿Cómo se sintió Alfredo cuando les ayudó?
6. ¿Y cuándo fue con Raquel a ver la
cascada?
Área: Educación Estética
Asunto: Tarjeta día de las madres
El día de la madre se celebra el segundo
domingo de mayo. Muchas veces no sabemos qué regalar y no podemos dejarlo pasar
sin dar un detalle a la mujer más valiosa de nuestra vida. Un regalo clásico y que
siempre suele estar presente en el día de las madres, son las flores. Pero no
siempre son fáciles de conseguir o preferimos regalar algo que sea más
duradero. Para ello, te propongo elaborar una hermosa tarjeta con flores.
Actividad
Elaboración de "Tarjeta de cesta de Flores para Mamá"
Materiales que necesitarás:
Cartulina de construcción de 4 o 5 colores,
incluido el blanco y el verde para las hojas.
Tijeras
Marcador negro
Lapicero
Pegamento de barra o cola blanca.
Y ahora, vamos a ver cómo se hace:
Como es tu canasta de flores,
elige tú los colores que te gustan o los que creas que le gustan a tu mami.
Para una tarjeta como la que ves en la foto, vas a necesitar una cartulina blanca tamaño carta y doblarla por la mitad, pásale margen, en la portada vas a pegar unas 10 florecitas. Puedes elegir entre un único color o entre muchos, como te parezca.
Vamos con las Flores
Hay que cortar un círculo en forma de espiral. Cuando lo tengas, enrolla la espiral desde el lado exterior hasta el interior.
Enrolla todo el papel hasta el
centro, haciendo un tubito como el que ves en las fotos. Cuando lo tengas
hecho, aplica pegamento en el centro y empuja debajo de la rosa enrollada.
Ahora toca esperar, ten
paciencia, aguanta un poquito hasta que se quede todo bien pegado. Repite con
el resto de tus flores.
Corta las hojas con el papel verde.
Dibuja la forma del cesto en un papel gris o marrón, a tu gusto. Ahora corta pequeñas tiras de cartulina marrón y pega las tiras sobre el dibujo de la canasta pero en vertical (de arriba abajo).
Vamos con el resto de tiras para
hacer nuestra preciosa cesta: ahora pega las tiras en horizontal (de izquierda
a derecha) y sobre las anteriores.
Si ya tienes tu cesta y tus flores secas, es la hora de pegarlas en su sitio.
¡Ah, y no olvides incluir las hojas! Mira lo preciosas que quedan puestas.
Si quieres que sea muy especial, escribe por dentro algo bonito a tu mami para
recordarle lo importante que es en tu vida y cuanto la amas, le encantará.
Por último, sácale una foto para pasársela a la maestra y no olvides entregársela el domingo a tu mami.
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